Los sellantes de poliuretano son uno de los tipos de sellantes más versátiles. Pueden utilizarse en diversas superficies, como mampostería, ladrillos, hormigón, madera, metal, plástico, albañilería, aluminio, estuco y muchas más. Por ello, son ideales para aplicaciones en interiores y exteriores de viviendas, ya que son resistentes y flexibles en cualquier entorno y condición meteorológica. Aunque se suelen utilizar para sellar juntas y grietas en el exterior de los edificios, sus usos se extienden a muchas zonas interiores.
Muchos usuarios cometen el error común de confundir los selladores de poliuretano con el adhesivo de poliuretano. Pueden tener algunas propiedades comunes, pero están diseñados específicamente por razones diferentes y no deben utilizarse para la misma aplicación. Por ejemplo, los sellantes están diseñados para proporcionar un sellado impermeable y hermético que impida la entrada de humedad en las aberturas, lo que provocaría daños estructurales a largo plazo. Por otro lado, los adhesivos de poliuretano se utilizan principalmente para reforzar y añadir resistencia a las estructuras portantes de las construcciones. Existen tres formas habituales de aplicar los sellantes de poliuretano, y cada método está diseñado para un fin y una zona de la casa concretos y específicos.
Aerosol
La pulverización está diseñada para su aplicación en superficies y grietas de difícil acceso, como husillos de sillas, persianas y pinturas descascarilladas en diversas superficies. Este método está pensado para repasar zonas a las que no llegan los métodos de aplicación con bayeta y brocha. En comparación con las otras dos técnicas, es la más difícil de dominar y requiere una atención meticulosa para evitar goteos.
Por lo tanto, es aconsejable evitar pulverizaciones prolongadas y utilizar ráfagas más cortas para evitar que se formen goteos, ya que serán difíciles de eliminar después. Para conseguir un acabado uniforme, tendrá que repasar las superficies más a menudo que con los métodos de aplicación con brocha y bayeta. Al pulverizar, tendrá que asegurarse de cubrir las zonas circundantes que no desee recubrir.
Aplicación por frotamiento
El método de aplicación por frotamiento es ideal para cubrir superficies verticales, redondas y contorneadas, como balaustres de estrella, molduras de corona y revestimientos de madera. Se trata de un método alternativo al cepillado, en el que se puede crear un exceso de goteo de sellador de poliuretano causado por la gravedad que podría dificultar la limpieza in situ. Como regla general, una pasada de brocha equivale a cuatro manos de sellador. Teniendo en cuenta que la aplicación por frotamiento es más fina, necesitará más capas para conseguir una cobertura completa y amplia que proporcione a la pieza un acabado uniforme. Cuando utilice este método, aquí tiene algunos consejos que puede utilizar para una mejor aplicación:
- Con un paño doblado al tamaño de la palma de la mano, sumerja los lados del paño en el sellador de poliuretano.
- Con movimientos y presión uniformes, pase el paño por la superficie en el sentido de la veta.
- No olvide solapar la superficie anterior para evitar huecos.
Aplicación con brocha
En comparación con el método de limpieza con bayeta, la aplicación con brocha es ideal para superficies más anchas, planas y horizontales. Por ejemplo, muebles, suelos, sillas o tableros de mesa planos, donde es menos probable que se formen gotas. Tradicionalmente, este método se aplica sobre una capa más gruesa y se acumula más rápidamente que los otros dos métodos mencionados. Sin embargo, muchos usuarios nuevos se enfrentan a un problema común: introducir burbujas involuntariamente durante la aplicación. Para evitarlo, elimine el exceso de producto y descargue la brocha golpeándola contra el interior del bote de sellador de poliuretano. A continuación, sosteniendo la brocha en vertical, arrástrala sobre el revestimiento aún húmedo. Estos son algunos consejos que le ayudarán a conseguir una aplicación uniforme:
- Sumerja la brocha en el sellador a unos dos centímetros de profundidad.
- Siguiendo la dirección de la veta, aplique el producto con pasadas largas y uniformes a presión
- Vuelva a pasar sobre la misma zona para eliminar cualquier exceso de goteo
- Superponga el sitio anterior de la superficie que ha cubierto para asegurarse de que no quedan huecos sin cubrir.
Compruebe la superficie, inspeccione los huecos y goteos que haya podido pasar por alto y rectifíquelos.